Video instalación interactiva
STATEMENT
En diciembre de 2015, cuando los gobiernos de Cuba y Estados Unidos anunciaron la reanudación de las comunicaciones diplomáticas, se incrementó el uso de la bandera estadounidense en suvenires y prendas de ropa en el contexto cubano. Lo que un tiempo antes de esa fecha era poco tolerado y hasta sancionado por ser un «símbolo del enemigo», de pronto se impuso como una tendencia de moda, que se materializó en camisas, jerséis, pulóveres, bolsos, gorras, pantalones, licras, pañuelos, toallas de baño, ropa interior, artículos de decoración para tiendas y restaurantes, así como en calcomanías y ambientadores para vehículos automotores. También en banderas que ondeaban en cafés, puestos de helados, taxis, calesas de paseos turísticos y en los anaqueles de los mercados cubanos.
La fiebre por estos productos implicó un conflicto en la conciencia social: para muchos cubanos la presencia de la bandera en el imaginario colectivo popular era el primer paso de la penetración cultural de los Estados Unidos en la Isla, tras el restablecimiento de las relaciones entre los dos países. Aunque el empleo de banderas en objetos de la vida cotidiana no era una tendencia nueva –en años anteriores se había manifestado una verdadera eclosión alrededor de la bandera británica–, este caso particular es único por su alcance sociopolítico. Las restricciones impuestas en torno a la bandera estadounidense durante muchos años generaron un previsible interés por lo prohibido, por lo que su uso se convirtió en una expresión de rebelión, de ir en contra de la voz de las autoridades de poder.
La instalación hace referencia a la obra Three Flags (1958), de Jasper John, la cual es una de las representaciones más icónicas de la bandera estadounidense en la historia del arte. La obra de Siré asocia los tres niveles de Three Flags a diferentes nociones que se relacionan con el fenómeno social que se aborda. En la primera capa está el Territorio, que se representa con la bandera cubana pintada directamente en la pared. En la segunda se encuentra el Símbolo, constituida por 12 horas de video digital de la bandera estadounidense ondeando en la Embajada de USA en La Habana. La tercera es el Pueblo, que se manifiesta en los 1.000 clips de video de banderas estadounidenses en las calles. Los dos últimos niveles interactúan entre sí por medio de un sensor de movimiento. El nivel del Pueblo solo se puede apreciar cuando los espectadores se acercan a la pantalla y se activa el sensor.
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