Líneas de investigación

snet

En respuesta a las limitaciones de acceso a Internet en Cuba, los entusiastas de las tecnologías de todo el país han construido durante años sus propias redes informáticas comunitarias. Estas redes permiten a los usuarios jugar a videojuegos en la modalidad de multijugador, chatear, enviar mensajes, debatir en foros, compartir archivos o alojar sitios webs. La mayor de ellas, SNET (Street Network, en español Red de la Calle o Red Callejera), en La Habana, evolucionó orgánicamente a partir de cientos de LANs de barrio que se conectaban entre sí.

Se cree que es la mayor red comunitaria del mundo totalmente aislada de Internet en tanto conecta a decenas de miles de usuarios. Su base material consiste en kilómetros de cables ethernet que atraviesan calles y/o balcones, antenas wifi montadas en postes sobre tejados y azoteas, así como servidores y conmutadores de red operados por administradores de nodos que trabajan de manera voluntaria. Sus miles de participantes crean, operan y mantienen en colaboración su infraestructura de hardware y software.

En sus comienzos se manejaron varios nombres para denominar a esta red. Finalmente obtuvo aceptación el de SNET, que era el nombre del pilar regional del municipio Playa, al oeste de La Habana, uno de los puntos nodales más importantes dentro de la arquitectura de la red.

Alrededor de 2009 casi todos los municipios de La Habana tenían su propia red de juego y pronto tomó forma la idea de conectar estos nodos individuales para formar una red mucho más grande. En 2011, los grupos de nodos empezaron a reunirse regularmente para explorar cómo la creciente red podía sostenerse de forma cooperativa. En una sociedad fuertemente controlada y basada en la planificación económica centralizada, establecieron nuevas formas de organización comunitaria y de toma de decisiones. Se creó una estructura piramidal en la que las redes del área local más pequeñas (conectadas por cables ethernet y conmutadores de red) –los llamados subnodos–, pasaron a estar conectados a nodos más grandes mediante puentes inalámbricos (o puntos de acceso).

Esta estructura social es crucial para la evolución y persistencia de la red: sus miembros proporcionan colectivamente la financiación de su base tecnológica, al tiempo que las conexiones entre los nodos individuales están mediadas por relaciones personales, por lo que administradores y usuarios deben trabajar juntos para asegurar su supervivencia en un contexto social y políticamente complejo. En Cuba, como en muchos otros lugares del mundo, las organizaciones vernáculas que se sustentan en las relaciones entre las personas suelen compensar las limitaciones de los proyectos estatales en la provisión de infraestructuras, ampliándolas, obviándolas o sustituyéndolas.

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